Andrés Cabanas, 25 de mayo de 2020
Después de la cadena nacional permanente, momento 25 de mayo, me quedan las siguientes impresiones:
1. El gobierno insiste en el mensaje autocomplaciente: han hecho todo lo posible y lo han hecho bien. En su idílico país "referente mundial del combate al coronavirus", no existe desprotección del personal médico, hospitales mal equipados e insuficientes, pruebas tardías y escasas, desatención de campesinado, economía informal, población vulnerabilizada.
2. Los casos de coronavirus se multiplican, lo que indica que no funciona lo que estamos haciendo, seguramente porque lo estamos haciendo mal. Pero seguimos haciendo exactamente lo mismo.
3. Si no funciona lo que estamos haciendo cerramos el país quince días, dice Giammattei. Da la sensación de que regresamos al punto de partida de marzo, en peores condiciones, con agotamiento y desconfianza social, dando tumbos, sin ruta de acción.
4. El gobierno traslada la responsabilidad a la población. Todo estará bien si se lavan las manos, usan mascarilla, mantienen la distancia física. Pero estas medidas imprescindibles solo son efectivas si al mismo tiempo se garantiza la posibilidad de generar alimentos y condiciones para una vida digna durante el tiempo que dure la pandemia. Y si se cuenta con estrategia de salud coherente.
5. Si se cierra el país, ¿se va a tener en cuenta a la población que no tiene ahorros, reserva de alimentos, posibilidad de mantener la cuarentena?
6. El bono familia (3000 quetzales en tres meses, menos que el costo mensual de la canasta básica) no es suficiente. La bolsa de alimentos es insuficiente. Las políticas sociales siguen en deuda.
7. La toma de decisiones descentralizada, la participación de estructuras comunitarias (comadronas, promotores, Consejos Comunitarios de Desarrollo) es clave. La agricultura campesina es fundamental para lograr la sostenibilidad alimentaria de las comunidades (y de la ciudad) durante el tiempo que dure la pandemia. Nada de esto forma parte de la estrategia del gobierno, antes y durante la pandemia.
8. La reactivación de la economía empresarial en todas sus dimensiones es la prioridad de la agenda gubernamental, aunque agrave las condiciones de salud. Economía para beneficio de unos pocos, razón de ser del Estado, siempre y en esta coyuntura.
9. El país a la deriva. Este gobierno se preparó para la continuidad de políticas de explotación de recursos, megaproyectos de jugosos sobornos y corrupción normalizada. No tiene capacidad ni voluntad real de enfrentar la crisis de salud y la crisis social.
10. Economía campesina y comunitaria, mercados populares, trueque, organización y soluciones comunitarias y territoriales para preservar la salud y garantizar la alimentación de todas y todos, solidaridad, solidaridad, solidaridad. No lo piensa ni lo dice el gobierno, es nuestra ruta.