Andrés Cabanas y Paula Irene del Cid Vargas
2015, año del décimo quinto aniversario de la desaparición-ausencia de Mayra, coincide con el intento de retorno al gobierno y el ejercicio del poder
político de actores responsables de su desaparición, entre ellos el
expresidente Alfonso Portillo, incapaz de orientar –desde el Estado- una
investigación objetiva y eficaz.
El contexto hoy es asombrosamente parecido al del momento de la desaparición: llegan al gobierno militares de
extrema derecha y mentalidad contrainsurgente, construidos en la lógica del
enemigo interno; predominan gobernantes y políticos cargados de promesas pero carentes de agenda social y
visión colectiva; se escuchan discursos altisonantes pero vacíos; gobiernan la corrupción
y la falta de valores.
Es curioso:
Alfonso Portillo evoca para algunos la nostalgia y el recuerdo de un Presidente
que subió salarios mínimos y enfrentó a la oligarquía. Para nosotros, implicó
la institucionalización de grupos criminales en la conducción del
estado (que predomina hoy), el gobierno de facto de Ríos Montt, la legitimación
de la corrupción (este roba pero al menos hace cosas), la disputa interminable entre
economía criminal, emergente y tradicional... El gobierno de Portillo abandonó sin rubor el pacto
social de mínimos concretado en los acuerdos de paz, de diciembre de 1996. En
este sentido, la violencia contra Mayra (considerada la primera desaparición
política después de la firma de la paz) implicó un parteaguas: el antes y el después de
algunas esperanzas y unos pocos sueños.
Estos sueños están pendientes. Desaparecieron a Mayra por su vida de ilusión, coherencias y anticipos: impulsó el movimiento de mujeres y feminista; fortaleció el área de
investigación y promovió (atacando poderes establecidos) la profesionalización
de la docencia en la Universidad San Carlos; apoyó la cultura. La muerte la
sorprendió en, al menos, dos actividades pioneras: investigación sobre
adopciones ilegales y trata de personas (epicentro de acumulación de poderes
criminales); tareas de docencia en la
Universidad Rafael Landívar de Huehuetenango, ahora territorio en disputa y
vertebración de resistencias y alternativas.
Se llevaron
a Mayra por sus militancias cruzadas y articuladoras, su alegre y desenfadada
vitalidad, su unión profunda entre el pensar y el sentir, su convicción de
que ninguna transformación es posible sin la plenitud del disfrute, la alegría
y el amor. La desaparecieron por su curiosidad y cuestionamiento críticos.
No solamente la guerra y el genocidio se llevaron a líderes y dirigentes visionarios, estratégicos, articuladores. También la paz del 2000 y la de ahora, con su sistemático acoso a la disidencia y las resistencias.
Mayra: nos hace falta tu mirada en esta época de simplificaciones y superficialidad, de desuniones, de relativismos éticos (el fin justifica los medios).
Mayra: nos hace falta tu mirada en esta época de simplificaciones y superficialidad, de desuniones, de relativismos éticos (el fin justifica los medios).
Por eso te
desaparecieron y por eso te sentimos viva.
Por eso te
queremos tanto.
Otros textos en: http://www.memorialguatemala.blogspot.com/p/mayra-gutierrez.html
Mayra y su hija María del Carmen, en Atitlán |
No hay comentarios:
Publicar un comentario