La debilidad del uso de la fuerza

La detención de la directora del Instituto de la Víctima, ex diputada e integrante destacada de Movimiento Semilla, es a la vez exhibición de fuerza y manifestación de debilidad del Ministerio Público. 


Es demostración de fuerza por parte de las autoridades del MP, ya que con ella perseveran en su estrategia de debilitar el actual gobierno y el partido Movimiento Semilla, y en el intento de cuestionar el sistema electoral y la legitimidad de los resultados que dieron la victoria a Bernardo Arévalo hace un año. Con ello también dicen sin decir que cuentan con suficientes e importantes apoyos externos (institucionales en la CC, operadores en el Congreso, municipalidades y otros, así como empresariales) para perseverar en esta estrategia. Un problema, otro más, es cuando las demostraciones de fuerza del ente fiscal conllevan un componente de ensañamiento como sucede de forma significativa en los casos de la ex fiscal Virginia Laparra y el periodista José Rubén Zamora. 


¿Por qué a la vez y en aparente contradicción hablamos de exhibición de debilidad? Por la contextualización de hechos recientes, entre otros:


-Dos comisiones del Congreso no recomiendan el antejuicio contra integrantes del Tribunal Supremo Electoral, lo que tuerce (no anula) una de las vías de desgaste y ataque del Ministerio Público. 


-Al menos temporalmente, los operadores en el Congreso aliados del MP pierden una votación y quedan en situación de debilidad, abriendo un escenario de riesgos para la Fiscal (reforma de la ley orgánica del Ministerio Público u otros mecanismos que comprometan su continuidad). 


-La celeridad y práctica exclusividad con la que el MP atiende casos que afectan a sus enemigos políticos contrasta con el desinterés en otros de gran envergadura y muy sensibles para la población (vacunas, Libramiento, carreteras…) y supone un deterioro importante de la imagen de la Fiscal. La estrategia del MP subvalora la indignación social latente contra la corrupción, especialmente en algunos casos emblemáticos en los que operó y al parecer sigue operando la estructura criminal vinculada al expresidente Giammattei y liderada por Miguel Martínez. El desliz político del diputado Allan Rodríguez, al visibilizar la relación con la Fiscal y revelar un modus operandi, genera más desgaste a la institución. 


-Por vez primera desde la toma de posesión de Bernardo Arévalo, la Fiscal General pierde iniciativa mediática y sus escasos y reiterados argumentos (expresados en videos, no de forma directa ni con posibilidad de interpelación) dejan de tener impacto o generar preocupación, lo que redunda en su idoneidad como operadora política de sectores corruptos. 


Los realineamientos y cambios en la correlación de fuerzas (nunca irreversibles) en el ámbito político obligan a una lectura desde los movimientos sociales y los pueblos originarios, en el sentido de sus efectos y, eventualmente, cómo pueden ser aprovechados para impulsar la agenda política de los pueblos, continuidad de la visibilizada desde el 6 de octubre de 2023. Esta agenda y estrategia implica actuar de forma simultánea en el ámbito institucional y social: mantener espacios democráticos formales y reconstruir a través del diálogo una institucionalidad para el bien común, mientras se continúan fortaleciendo las formas organizativas propias, se impulsa el cambio cultural y generacional con participación protagónica de mujeres y juventudes indígenas, se lucha por la participación protagónica en la toma de decisiones, no solo en el ámbito estatal, y se avanza hacia la construcción de un nuevo modelo de convivencia y organización social, política y económica.


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