Sabemos
donde comenzó, un 11 de abril, la Marcha por el Agua,
la Madre Tierra, el Territorio y la Vida, y a qué punto llegó el día 22, tras
doce jornadas de camino. Sin embargo, no conocemos de modo exacto lo que sigue:
tendencias, actores, relaciones, conflictos, posibilidades de avance o retroceso.
La
Marcha, al cuestionar las agendas dominantes y plantear nuevas actorías y
escenarios, trasciende una actividad puntual y una demanda específica, y se
convierte en una inserción masiva y un rompimiento en la actual coyuntura.
¿Hacia dónde apunta este rompimiento? Propongo dos ámbitos de reflexión.
¿Hacia dónde apunta este rompimiento? Propongo dos ámbitos de reflexión.
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La Marcha en su recorrido desde la Mesilla hasta Huehuetenango |
1. Momento de ruptura
La
Marcha irrumpe en el tiempo político de las anécdotas y las moralejas (personificado en el presidente Morales) y en la coyuntura de disputas y reacomodos de elites: juicios y antejuicios, depuración contenida de
la institucionalidad corrupta, reformas limitadas del Estado, nuevo pacto (intraelitario) de poder. Con la
Marcha como centro, comunidades, pueblos y organizaciones sociales proponen un
nuevo pacto desde abajo o con los de abajo, que construya otra
racionalidad política (aquella en la que las instituciones y las leyes sirven
sí y sólo sí responden a deseos y propuestas de la población) y otra forma de organización social y económica.
Este
es el planteamiento estratégico de la Marcha, que vincula lo inmediato con el largo plazo: la
lucha articulada contra un sistema mercantilista, insolidario,
individualista,
con gran potencial de destrucción, que es necesario transformar y
sustituir por un modelo que preserve, reproduzca y produzca nuevos
ciclos de vida en
armonía. Esta propuesta, recogida en la Declaración de los pueblos de Iximulew sobre los derechos a la Vida, de la Madre Tierra, al Territorio y el Agua, la primera Resolución del
Congreso Popular, Plurinacional y Multisectorial, y el Balance
realizado por la Asamblea Social y Popular (1), es
asumida de forma natural por diversos sectores.
La Marcha constata las consecuencias de la imposición de megaproyectos y la mercantilización de los territorios y bienes de las comunidades: se reciben denuncias por robo, desvío y apropiación privada del agua, con graves efectos en sequía, calor extremo, alteración de los ciclos de las cosechas, contaminación, falta de alimentos, enfermedades.
Se
retoman planteamientos y propuestas desoídas durante años por los poderes estatales, y
se generan nuevas demandas y alternativas en el diálogo marcha-sectores
sociales-comunidades, que comienzan a construir una ruta de acción, a partir de:
La Marcha constata las consecuencias de la imposición de megaproyectos y la mercantilización de los territorios y bienes de las comunidades: se reciben denuncias por robo, desvío y apropiación privada del agua, con graves efectos en sequía, calor extremo, alteración de los ciclos de las cosechas, contaminación, falta de alimentos, enfermedades.
Las
comunidades se suman a las demandas: recuperación del paso de ríos,
consideración del agua como bien y no como mercancía, derecho de los pueblos a
decidir en sus territorios. A la vez, los caminantes son conscientes de nuevas
realidades planteadas por las comunidades, lo que genera un proceso de acción
política colectiva que no tiene dueño, porque es de todos.
- Exigir
la recuperación de nacimientos, ríos, lagos, lagunas y
costa marina, y entablar procesos penales contra los responsables de
la contaminación, robo, desvío y apropiación privada del agua y otros bienes.
- Denunciar
y rechazar la criminalización y
persecución contra el liderazgo campesino, indígena, social y popular, al tiempo que se lucha por la libertad de todos los presos políticos
y el fin de la persecución política.
- Aportar
a la toma de conciencia del pueblo guatemalteco sobre las
políticas y actividades económicas que impactan negativamente la madre tierra,
el agua y la vida de todos los seres vivos.
- Fortalecer la articulación, lucha y coordinación en la defensa del agua, tierra, alimentos y territorio.
- Fortalecer la articulación, lucha y coordinación en la defensa del agua, tierra, alimentos y territorio.
- Agenda
estructural: cambiar de raíz este Estado y este modelo
de despojo (ver declaraciones políticas de la Marcha).
Así, el camino de la Marcha es el camino y el momento de la ruptura, entendido como aquel en que el pueblo delimita el poder del Estado y el poder de los actores políticos y económicos, y define su ámbito de acción: la profundización de las luchas hacia la transformación del Estado y del modelo económico y político.
No
obstante, no son lineales ni de una sola vía los caminos de esta ruptura, y la
misma no se traduce de inmediato en cambios legislativos o del accionar
institucional. El
futuro, a partir de un presente inestable, está en construcción. En el camino, los logros se mezclan con las tensiones (sobre todo con la institucionalidad del Estado y el sistema de partidos), el largo plazo
con el deseo de cambios expeditos, las ilusiones con la realpolítica.
2. Construcción colectiva y aprender a movernos juntos
Aunque
la Marcha es
promovida (en su realización y seguimiento) por un colectivo de organizaciones (Asamblea Social y Popular), solamente tendrá continuidad como fuerza política creadora y rupturista
en alianzas y con la participación de multitudes.
La fuerza del caminar de miles de personas abre espacios de articulación. Se vinculan luchas de comunidades y sectores: urbanos y rurales, indígenas y no indígenas. El nuevo ambiente político (las movilizaciones de 2015 marcan un punto de inflexión en el desinterés por la política y la indiferencia de la población urbana) fortalece las propuestas de la Marcha. La Marcha dinamiza la denuncia y participación.
La fuerza del caminar de miles de personas abre espacios de articulación. Se vinculan luchas de comunidades y sectores: urbanos y rurales, indígenas y no indígenas. El nuevo ambiente político (las movilizaciones de 2015 marcan un punto de inflexión en el desinterés por la política y la indiferencia de la población urbana) fortalece las propuestas de la Marcha. La Marcha dinamiza la denuncia y participación.
Este
potencial rearticulador es abrumador. Se multiplica la conciencia política y por tanto los espacios para la acción: todavía no delimitados, alegremente confusos,
convenientemente inciertos.
Para multiplicar esta articulación es preciso recuperar lo que el capitalismo y
neoliberalismo (y la idea de hegemonía y proyecto único que todavía orienta
horizontes transformadores) nos limitan: los pensamientos plurales, el diálogo
y el consenso, la diversidad como
fortaleza, la construcción colectiva, la creatividad. Al tiempo que se precisa una
organización estructurada y un programa guía, son imprescindibles la
imaginación y la implicación de actores y culturas políticas diversas.
Es un reto, al que personas como Poncho Porres (2) dedicaron toda su sabiduría política, pero no es sencillo. Para trascender el modelo actual y su racionalidad agotada, para convertir el pacto de elites en un pacto de los pueblos, para transformar la Marcha en movilización permanente, necesitamos reconstruir y fortalecer el espíritu y la voluntad de movernos juntos como un gran río, sin caminos predeterminados, a partir de nuestras diferencias.
Es un reto, al que personas como Poncho Porres (2) dedicaron toda su sabiduría política, pero no es sencillo. Para trascender el modelo actual y su racionalidad agotada, para convertir el pacto de elites en un pacto de los pueblos, para transformar la Marcha en movilización permanente, necesitamos reconstruir y fortalecer el espíritu y la voluntad de movernos juntos como un gran río, sin caminos predeterminados, a partir de nuestras diferencias.
Notas
1. El
despojo y la mercantilización del agua provienen de un modelo de acumulación y
una concepción de la vida donde lo importante es tener y no ser. En el medio y
largo plazo es necesario cambiar este modelo y
construir nuevas formas de organización y relación que sustituyan la disputa y la competencia: en solidaridad, equilibrio y complementariedad. Para profundizar en estos y
otros planteamientos de la Marcha, consultar la página web de la Asamblea
Social y Popular, www.asambleasocialypopular.org.
2. Antropólogo,
poeta, cineasta y articulador social. Falleció cuando la Marcha por el Agua
cumplía la mitad de su recorrido.
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