Si este fin de año planean descansar en el lago más hermoso del mundo, también si no, recuerden que esta belleza se encuentra comprometida por la sobreexplotación turística, toda clase de industrias y negocios altamente contaminantes y el consumo superfluo, entre otros de productos plásticos. Recuerden, o recordemos, que tanta hermosura está en riesgo por el poco cuidado de quienes admiramos este territorio.
Recordemos además que la belleza del lago no es sólo su imponente geografía, sino también la riqueza cultural y social de los pueblos originarios que lo habitan: pintura, idiomas, formas de ser y relacionarse, sentido de comunidad que genera hospitalidad, identidad e historias compartidas, y otras.
Para introducir el viaje podemos darnos una vuelta por la exposición "Qatee ya’: arte, conciencia y ecología profunda de Atitlán", que reúne a 25 pintoras y pintores de los pueblos tz’utujil del lago, para “representar, sensibilizar y comunicar sobre la crisis ecológica encabezada por el cambio climático, la disminución de la biodiversidad, la presión sobre los elementos naturales por la acumulación desmedida del capital, y el consumo excesivo (...) y su impacto diferenciado en las comunidades indígenas y sobre los cuerpos de las mujeres” (fundación MAG, 8va 3-51 zona 1, Ciudad de Guatemala).
Buen viaje entonces y feliz descanso. Ojalá puedan conocer el trabajo que realizan aproximadamente 300 mujeres Guardianas del lago en San Pedro La Laguna, para limpiar día a día, mes a mes, el lago que todos manchamos y disfrutamos, a la vez que conciencian y organizan a las comunidades para el cuidado de la vida.
Janila k’atzinel chi röj qonojel winaqi’ nqachajij ri qatee ya´, ri loq’ojäj qate’ ruwäch’ulew.
Andrés Cabanas
12 diciembre 2014