La respuesta masiva al enésimo episodio de persecución arbitraria, discriminadora y claramente política (por parte de un Ministerio Público que actúa cada vez como gobierno paralelo, partido político o ente electoral que limpia el escenario para los próximos comicios) logra reducir el impacto de la agresión a la organización comunitaria y popular y a la dirigencia que representa las demandas de esta organización.
En sentido contrario a algunos análisis manejados por actores del pacto de corruptos, la suspensión de las actividades por la independencia del 14 y 15 de septiembre en Sololá y las movilizaciones (especialmente la multitudinaria del 5 de septiembre en Sololá) muestran una organización comunitaria y de los pueblos activa y con capacidad de articular esfuerzos, que además empezó a generar un efecto dominó en otros territorios (San Cristóbal Totonicapán) y amenazó o amenaza con resquebrajar uno de los escasos instantes (la celebración de la independencia) en los que los sectores dominantes tradicionales logran imponer cultural y simbólicamente su idea de nación (posiblemente, ligar a proceso pero permitir la prisión domiciliaria es un intento para debilitar la oposición a los festejos de independencia).
El MP, el sector justicia, actores políticos y los poderes económicos articulados en el pacto de corruptos parecen tener clara la amenaza para su poder impune de la organización y articulación de pueblos indígenas, comunidades y sectores populares. Lo que no logran calibrar, y los descoloca permanentemente, son los tiempos y las formas en que esa organización se manifiesta e interrumpe la monotonía del poder tradicional. Cuando la consideran debilitada y desunida, se encuentran con 106 días de movilizaciones masivas, nacionales, articuladas y con capacidad de involucrar a amplios sectores sociales. Cuando apuestan a respuestas violentas que impulsen una espiral de nuevas acusaciones, los pueblos y comunidades optan por el cuestionamiento y la disputa de símbolos. Cuando piensan que las demandas coyunturales y las luchas propias de distintos pueblos y organizaciones anulan la capacidad de acciones conjuntas, se encuentran con que las reivindicaciones estratégicas afloran de nuevo, y en estas hay coincidencias sobre la patria que no somos y el pluripaís que queremos ser.
Andrés Cabanas, 6 de septiembre de 2025